Cómo tomar decisiones importantes
La vida se basa constantemente en tomar decisiones, incluso si decides no elegir y simplemente fluir. Si te das cuenta, esto ya es una decisión en sí misma.
Desde que abrimos los ojos cada mañana no dejamos de elegir. Sí, seguramente, estés pensando que es tu despertador quien decide por ti que tienes que levantarte temprano y que el alquiler/hipoteca es lo que te obliga a ir cada mañana a un trabajo que puede que ni te guste. Salir de esa rutina tan poco estimulante, es responsabilidad nuestra. El secreto está, en saber tomar buenas decisiones.
La teoría de la decisión
Tomar decisiones importantes es un asunto tan vital que incluso existe una teoría al respecto: la teoría de la decisión. Se trata de una metodología que dota al ser humano de herramientas para elegir bien.
Resulta curioso que esta teoría, además de aplicar distintas ramas de la ciencia, también hace mención a domo softwares (si trabajas en o te interesa el mundo de los datos posiblemente te suene). Aunque, tampoco esto debe sorprendernos teniendo en cuenta lo presente que están las tecnologías en nuestras vidas.
Esta herramienta se basa principalmente en dotar a las personas de toda la información posible para que puedan conocer el contexto, y valorar los pros y los contra de cada elección que tomen.
Consejos infalibles sobre cómo tomar decisiones importantes
A continuación, vamos a descubrir unos consejos muy útiles que te ayudarán a la hora de tomar decisiones.
Primero: pierde el miedo a cómo tomar decisiones importantes
Lo principal que necesitas es perder el miedo. La incertidumbre siempre va a estar ahí, tanto si tomas la decisión equivocada como si aciertas, habrá un poco de preocupación acerca de qué va a suceder, y es que la vida es imprevisible. Incluso las personas más exitosas, aquellas a las que parece sonreírle la suerte en los negocios, el amor y el dinero puede cambiarles las circunstancias.
No importa que te equivoques o escojas el camino incorrecto, porque habrá decisiones sucesivas que tomarás para enderezar o cambiar el rumbo de tus pasos.
Aprende a vivir en el presente sin que la angustia por el futuro gobierne tus decisiones. De la vida, como de los problemas, hay que «ocuparse» que no es lo mismo que «preocuparse». No se trata de ser una «nini», pero hay un refrán que dice «a cada día démosle su afán», que viene a significar que te ocupes de hacer hoy todo, ya que el mañana ya traerá sus propios quehaceres.
Valora todas las opciones
A menudo le damos vueltas a la cabeza tratando de escoger entre dos opciones sin darnos cuenta de que hay muchas otras. Porque aunque puede que estés pensando que esto equivale a más quebraderos de cabeza, a veces esa otra alternativa que no has contemplado es justo la que más te satisface o la que mejor resuelve el dilema. Pero, por estar obcecada entre dos vías, no has visto esa otra.
Valora también los pros y los contras de cada opción, para que así tus decisiones tengan una base sólida en la que apoyarse y que esto, a su vez, te ofrezca una mayor seguridad.
Sincérate contigo misma y mira qué emociones mueven tus decisiones
Cuando tienes que decidir entre opciones, tu cabeza puede decirte que escojas una, pero sientes un nudo en la garganta que te indica que algo no está bien en tu elección. Sé sincera contigo misma y observa qué emociones despierta en ti cada camino que piensas escoger.
Es común encontrar muchas personas que han estudiado una carrera que en verdad no les gustaba porque era la tradición familiar o porque la universidad estaba cerca de casa. En el peor de los casos, hay quienes incluso siguieron adelante, ejerciendo durante toda su vida una profesión que no les hacía felices.
¿A ti qué te hace feliz?
Cree en tus posibilidades
Cuando tengas que tomar decisiones, elimina todos los prejuicios sobre ti misma. Tú eres tu peor juez, quien más te castiga cuando algo no sale como esperas o quien te autolimita dudando de si serás capaz de hacer o lograr algo. ¿Acaso no has logrado mucho ya en los años que tienes? Claro que sí, ¡ni lo dudes! No te compares con nadie, pues nadie es mejor o peor, simplemente cada uno tiene sus tiempos y sus vivencias. Lo que te diferencia de otros que, lograron hacer algo que tú, de momento, no has hecho, es que ellos vencieron el miedo y tú todavía tienes que dar ese salto.
Márcate una fecha tope para decidirte
No se trata de agobiarte, pero tampoco de ir postergando tu decisión hasta el infinito con el clásico «mañana» que no llega nunca.
Márcate una fecha límite para tomar la decisión y, mientras tanto, estudia, analiza, valora y desconecta también de vez en cuando para no saturar a tu mente.
Nunca se fracasa, siempre se aprende
Si finalmente la decisión que tomaste no te lleva al resultado que esperabas, piensa que nunca será tiempo perdido, sino invertido en aprendizaje y que todo tiene un porqué.
Tal vez debiste cometer errores en tu camino para llegar a otro lugar, o porque tenías que aprender algo que sería bueno para tu futuro.
Elige bien tu futuro
¿Ya sabes qué quieres para tu vida? Si estás leyendo esto, probablemente es porque tienes ganas de un cambio laboral. No te resistas a ello y atrévete a dar el paso.
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