Hoy en día, miles de programadoras se han sumado a la revolución digital que está cambiando el mundo, pero ¿te has preguntado alguna vez cómo empezó esta locura? Las que formamos parte de este apasionante sector tech podemos decir orgullosas que todo comenzó gracias a una mujer: Ada Lovelace, matemática, pionera, disruptora y considerada la “madre” de la programación. No en vano, Adalab, como no podía ser de otra manera, se llama así en su honor.
Ada fue la primera persona en el mundo que creó un lenguaje de programación de carácter general al interpretar las ideas del matemático Babbage, incluso mejor que él mismo, y ampliar su ámbito de actuación. Tenemos que remontarnos hasta el siglo XIX, cuando en 1843, Ada publicó una serie de notas sobre la máquina analítica de Babbage en las que introdujo algunas ideas sobre programación muy avanzadas para la época. Entre ellas, diseñó un sistema de tarjetas perforadas que fueron la base para programar los primeros ordenadores a mediados del siglo XX.
Pionera en su época
La implicación de una mujer en este ámbito científico era tan poco usual en la época, que Ada firmó sus aportaciones solo con sus iniciales, por miedo a que su trabajo perdiese valor por su condición de mujer. No obstante, identificarse con una “rara avis”, no impidió que Ada continuara trabajando sin descanso en este sector. Se sabe que solía definirse a sí misma como matemática, analista y metafísica, lo que refleja una autoconciencia de la trascendencia de sus investigaciones al mundo.
Nada en Ada Lovelace era como la sociedad victoriana esperaba que fuese. Empezando por sus orígenes y su educación, nada tradicionales. Hija del legendario poeta Lord Byron, todo parecía indicar que la vida de Ada transcurriría entre las plácidas comodidades de la aristocracia, que poco o nada esperaban de una mujer, más que su papel como esposa y madre. Sin embargo, la influencia de dos grandes mujeres marcaron su destino y permitieron que llegase a volar muy alto.
La primera de ellas fue su madre, Anne Isabella Noel Byron, una matemática y activista política y social que no se conformó con que la educación de su hija se limitase a las destrezas sociales. Para ello, se empeñó en distanciar a Ada de toda influencia poética y diseñó para ella un completo plan de estudios centrado en las matemáticas. Gracias a ese programa educativo, entró en su vida la segunda mujer revolucionaria que marcaría su destino: la matemática y astrónoma autodidacta Mary Somerville.
A partir de ahí, Ada demostró tener un talento innato para los números. A los 17 años, conoció a Charles Babbage, quien se quedó impresionado por la inteligencia y conocimientos de la joven, comenzando una larga relación profesional muy productiva. Cuando Babbage presentó su máquina diferencial, un artilugio mecánico que servía para calcular secuencias de números, Ada se sintió profundamente impresionada con el invento, tanto a nivel conceptual como por sus posibles aplicaciones prácticas.
La aportación de Ada Lovelace no solo se centró en el ámbito numérico. Su aproximación conceptual fue lo que marcó verdaderamente la diferencia. Mientras la mayoría de los científicos de la época estaban concentrados en estudiar la capacidad de las computadoras para resolver cálculos complejos, la visión de Lovelace iba mucho más allá. Ada visualizó una máquina que fuera capaz de programarse una y otra vez para ejecutar funciones que dieran lugar a la realización de una serie de tareas más complejas, no solo simples cálculos matemáticos y que quedarán expresadas mediante símbolos.
Madre del algoritmo
Ada Lovelace es también considerada la desarrolladora de lo que hoy conocemos como algoritmo informático, introduciendo conceptos como el bucle y la subrutina, que a ninguna adalaber les serán ajenos. Ada escribió un completo plan donde se describía el algoritmo necesario que permitiese calcular los valores de los números de Bernoulli (una serie infinita que juega un papel importante en la teoría de los números) utilizando dos bucles. Con esto, demostró las capacidades de bifurcación de la máquina analítica que estaba inventando Babbage.
Describió, asimismo, cómo realizar operaciones trigonométricas que hacían uso de variables y definió el uso de tarjetas perforadas para programar la máquina. Curiosamente, el invento de Babbage nunca llegó a construirse porque no fue capaz de convencer al Gobierno Británico de su importancia. No obstante, está considerado como el antecedente teórico del ordenador moderno.
Ada Lovelace fue una pionera de la informática que destacó por su capacidad para ver más allá de la realidad inmediata y se la reconoce universalmente como la “madre” de la programación. Su prematura muerte, a los 36 años, a causa de un cáncer de útero, genera preguntas en muchos científicos hasta dónde habría podido llegar si su carrera hubiese sido más dilatada en el tiempo.
Reconocimiento internacional
Desde 2009, el segundo martes de octubre se celebra internacionalmente la figura de Ada Lovelace por ser considerada la primera programadora de la historia y como una forma de dar más visibilidad y reconocimiento a las mujeres que trabajan en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. También en 1979, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos reconoció los aportes de esta joven inglesa y creó un lenguaje de programación en su honor llamado Ada.
En Adalab, la homenajeamos todo el año, llevando orgullosas su nombre y formando cada día a cientos de programadoras que la tienen como referencia. Tanto es así que llamamos “Ada” a la primera promoción de adalabers, a las que afortunadamente han seguido muchas otras, todas ellas con el nombre de una mujer referente en el sector STEM.
